primera experiencia de ruleta en vivoYa os conté en mi post anterior de mi primera experiencia en un casino de verdad y como me quedé después de entrar en el salón de juegos. Mi amigo Carlos perdió unos 15 euros en las tragaperras y yo solo le miraba mientras esperaba terminar el juego. Al día siguiente tuve un poco de tiempo libre antes de ir al bar a currar y recordé mis extraños sentimientos que sentí en el casino. De repente sentí curiosidad sobre el tema de casinos porque no sabía nada de este tipo de locales ni tampoco de los juegos de azar.

Abrí mi portátil y empecé a buscar información en Google sobre los casinos que resultaron mucho más populares en Internet que en la vida real. Como no sabía nada de casinos primero quería encontrar algún sitio con más detalles sobre el tema y con información fiable. En los resultados de búsqueda salieron muchas páginas de casinos y escogí la que me pareció más fácil de entender porque daba respuestas a las preguntas que tenía yo en mi cabeza. Mientras miraba las páginas, encontré la sección de casinos y cliqué en la evaluación de Titanbet Casino y la opinión personal del autor de la página.

En poco menos de 10 minutos ya había leído casi todo lo importante sobre el casino y me sentía casi como un jugador experimentado. De todos los juegos que se podían jugar me sentí más atraído por la ruleta porque este es el juego que había visto en muchas películas de cine y que me fascinaba un poco. Entré en el casino y encontré los juegos que se ofrecían en modo de practicar y se podían jugar gratis y sin registrar. Pero hubo un juego de ruleta que llamó mi atención, pero que no podía probar porque estaba disponible solo en modo real y yo no estaba registrado. El juego era ruleta en vivo y se podía jugar con crupieres reales como en los casinos de verdad, pero desde el ordenador.

Mi curiosidad era muy grande, pero no quería arriesgarme y por eso volví a abrir la misma página de antes donde encontré información sobre el tema. Por supuesto hubo una página entera sobre los juegos con crupieres reales y rápidamente me tranquilicé después de conocer cómo funcionan este tipo de juegos en vivo. Ya estaba convencido de que podía registrarme tranquilamente y probar los juegos sin riesgo porque podía utilizar el bono que ofrecían para jugadores como yo que son nuevos.

Una vez registrado ya podía probar el juego de ruleta online con crupier en vivo que tanta curiosidad provocaba en mí. Al entrar en el juego tuve que escoger una mesa donde jugar y la crupier que era muy bonita me saludó personalmente. Yo podía chatear con ella y era muy divertido todo porque ella estaba en un salón de casino de verdad y yo podía ver también la mesa y la rueda de ruleta donde se hacían las apuestas. Lo que me impresionó era que podía observar la mesa desde varios ángulos porque podía elegir las cámaras conectadas en tiempo real. Al mismo tiempo pude chatear con otros jugadores que estaban conectados en la misma mesa.

La verdad es que me gustó mucho el juego en vivo y menos mal que tuve que salir para ir al trabajo porque ya me sentía muy enganchado al ordenador. No he podido ganar ni perder nada porque no tuve tiempo para apostar porque cada ronda empezaba cada 15 segundos, pero la emoción fue realmente nueva para mí. Pero como estaba consciente de que se trata de un juego de azar estaba un poco preocupado por mi nuevo descubrimiento y la nueva manera de pasar mi tiempo libre. Tenía miedo de que podía convertirme en uno de los jugadores con problemas y decidí poner mi nuevo ocio en pausa por un tiempo indefinido.

No obstante, la ruleta se convirtió en mi nueva pasión que trataba de controlar. Empecé a buscar información sobre el juego y al mismo tiempo jugaba en modo de practicar para mejorar mis habilidades y las reglas que estaba aprendiendo. En una semana ya conocía las mejores estrategias de ruleta y las aplicaba en los juegos online para comprobar su funcionamiento. La verdad es que no me atrevía aún poner en práctica lo aprendido porque no me sentía suficientemente listo para una prueba real con dinero de verdad. No podía arriesgar el sueldo que ganaba con tanto esfuerzo en un juego de azar.